Mi bisabuela paterna, Audelina, autóctona de esta tierra, murió con 104 años, entre todas las cosas maravillosas que hacía, tejía, pero TEJÍA, hilaba su propia lana, la teñía, y luego la tejía.
Cuando yo era chica la veía allá en Córdoba, sentada abajo de los pinos, con su huso girando como un trompito, hilando, esto es lo único que recuerdo yo, pero mi papá se acuerda cuando teñia, y cuando tejía con el telar de palo.
Esta manta que todavía está en la casa de mi mamá, la tejió íntegramente ella, en un telar de palo, awanakuna, se llama en quechua.
Esa manta en Santiago se llama cubija con u y tiene mas de 50 años tené en cuental el mal trato que le di y no perdio el color. Está teñida con raices y plantas del monte
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